Mira, la situación es así. Tienes un IBAN. Vas a enviar dinero — tal vez a un amigo en otro país, tal vez pagar algo que compraste en línea. Y de repente, el banco te pide el código SWIFT. A veces es fácil encontrarlo… pero otras veces, nada. Buscas en la web del banco, llamas por teléfono, esperas… y nada.
Por eso existe esta herramienta. Escribes (o pegas) el IBAN aquí, pulsas un botón y ¡listo! El código SWIFT aparece en pantalla. Sin formularios raros, sin “vuelva más tarde”.
Es como la dirección completa de una cuenta bancaria. Lleva el código del país, el código del banco y el número de cuenta. Dentro de tu propio país, el IBAN suele bastar. Pero si cruzas fronteras, ahí es donde los bancos quieren el código SWIFT también.
Fácil: pegas el IBAN, clic en “Obtener código SWIFT” y ya está. El sistema encuentra el código correcto en cuestión de segundos. Muchas veces antes de que termines de parpadear.
Si envías pagos al extranjero con frecuencia, ahorrarás mucho tiempo durante el año.
En transferencias internacionales, claro. Pero también en algunos pagos dentro del país según el banco. Y si te equivocas… el dinero puede rebotar y hasta cobrarte por el fallo. Mejor evitarlo.